"It must be me, I'm in my head".the national


miércoles, 16 de marzo de 2011

De luz, piedra y luna

Gracias a Dënver, banda chilena que el año pasado sacaron Gramática, Música y Gimnasia, disco que ha salido en las listas de lo mejor del año pasado de todos lados, ahora me precio más de ser de este lado del planeta.


Pero antes que por ellos fue por Javiera Mena:



Todavía lo recuerdo bien. Bueno, ocurrió el año pasado. Luego de encontrar un sitio fresco en uno de los pisos de la facultad,  le di, con muchísimo miedo, play a Luz de piedra de luna. No porque fuera de ella. De ella no sabía nada (ahora sé que es una cantautora aclamadísima aquí y en otros lados, pero quizás no tantos como debería). Temía porque era chilena. O, en otras palabras: latina. Le temía a esa palabra y todo lo que significa para mí (subrayo para mí... literalmente) en la música.

Así pues, un día de noviembre, los fantasmas de Ricky Martin, Shakira y otras sombras de la música pop latina estaban parados allí delante mío. Moviendo las caderas y diciéndome todo tipo de cosas de las maneras más triviales posibles. Pero, antes de que se dibujaran personajes mucho más abominables (creí ver crecer la figura de un puertoriqueño...), apreté el botón.

La canción duró casi 5 minutos y, cual rayo blanco en la película del mago de la cicatriz, los fantasmas desaparecieron (aunque creo que lo hicieron antes, cuando fruncí el ceño y comprobé quién cantaba). Unos segundos después, frente a mí, apareció una puerta (acabo de ver las dos primeras temporadas de Being Human la semana pasada, sí). La crucé sin dudarlo.

Más de 5 meses después, no solo es Javiera ni Dënver, sino los argentinos de Banda de Turistas, los mexicanos Carla Morrison y los Piyama Party, el nosédedóndeperodeaméricacentral Alex Ferreira,  y los también chilenos Pedropiedra, Odisea, Gepe, Mil Jinetes (y un largo y realmente envidiable etcétera). Tal vez la pega es que todavía no escucho algo peruano, supongo que algún otro día me enfrentaré a ese tipo de fantasmas.

Una última cosa. A Soda Stereo no le he dado ni le daré nunca bola (simplemente a veces ocurre así). Los Rodríguez más allá de los argentinos no son de aquí. A Charly y sus variantes las escuché después. Pero sí me acuerdo cuando hace casi 12 años, mi hermano y yo nos quedamos por casualidad con un CD de Los Prisioneros de una tía. Luego de escucharlo, sabíamos que había algo allí. Nos memorizamos muchas canciones y las cantamos antes de irnos a dormir por una buena temporada. Nunca renegamos de eso. Qué bueno.